Divendres, 06 Octubre 2023 13:41

Amma reza por la unión universal

  • Amma enfatizó la importancia de una sola visión y unión entre todos los seres humanos. Ella cree que si la sociedad abraza esta perspectiva, la armonía perdida en el mundo puede ser restaurada.
  • Amma reconoce la alegría de reunirse con sus seguidores después de la pandemia de Covid y enfatiza la importancia de la unión de corazones.
  • Amma debatió sobre las lecciones que la humanidad puede aprender de la pandemia y sobre la necesidad de cooperación, compañerismo y comunión con la naturaleza. Recomienda humildad y respeto en el trato con la naturaleza y se enfoca en el poder del amor, la generosidad y la unión para conseguir un mundo armonioso.

6 OCTUBRE 2023

Amma ha hablado con frecuencia de restar importancia a su cumpleaños y sus celebraciones. El dharma de Amma ve a todos como iguales para servirlos y amarlos. En lo que a ella respecta no hay mayor celebración y gozo que ese. No obstante, Amma está encantada de ver a todos sus hijos aquí reunidos tras la pandemia. Esta no es solo una reunión física. Amma ve y siente palpablemente la unión de los corazones, con el amor de sus hijos derramándose y fundiéndose en el fluir de un río.

Este breve intervalo entre el nacimiento y la muerte que llamamos vida, es solo relevante y significativo cuando nuestras acciones son buenas.  Amma entiende como buenas acciones, cumplir con nuestros deberes hacia la naturaleza, con nuestro prójimo y también con otras criaturas.

La pandemia nos ha enseñado muchas lecciones. O más bien ha intentado enseñarnos muchas lecciones. Porque desde el mismo inicio de la creación, la naturaleza o Dios están intentando enseñarnos muchas lecciones. Si la humanidad  las hubiera asimilado, habría sorteado muchos retos muy serios que seguimos afrontando.

Cada calamidad, ya sea una pandemia, desastre natural o cambio climático, urge a la especie humana a cultivar tres cosas: 1. Cooperación. 2. Compañerismo. 3. Comunión. Es decir, tenemos que movernos en cooperación con nuestro prójimo, acompañar a la naturaleza y estar en comunión con Dios. No hacer eso, al menos un poco, creará un impacto negativo en todas nuestras acciones.

Un hábito humano es intentar resolver conflictos mediante la negociación y el compromiso. Aquí intentamos la misma estrategia con la naturaleza. Negociaciones y compromisos pueden funcionar cuando se trata de conflictos entre personas, partidos políticos, comunidades y naciones, pero no funcionan con la naturaleza. El único método eficaz con la naturaleza, es tratarla con humildad, sin arrogancia, con la cabeza inclinada y un corazón lleno de amistad y reverencia.

Podemos perdonar a alguien que nos ha herido pero nunca olvidar el daño inferido. Esa es la ley de la naturaleza. Naturaleza es sinónimo de paciencia. Las madres perdonan los errores por ignorancia de sus hijos y siguen cubriéndolos con su amor y afecto. Pero la humanidad ha estado atormentando a la Madre Naturaleza  desde hace generaciones. Todo este tiempo, nuestra madre ha sido paciente y nos ha perdonado. Ha seguido vertiendo su compasión y amor sobre nosotros, una y otra vez.

Pero esto no va a continuar por mucho tiempo. Porque hemos empezado a ver la compasión, la paciencia y otras virtudes de la Madre Naturaleza como debilidad  y limitaciones suyas. Hemos olvidado la verdad sobre la naturaleza, que es una fuerza tan capaz de retribuir como de perdonar. Quizá la Madre Naturaleza ha empezado a darse cuenta de que ser paciente con la humanidad, no la mejora. Por tanto, aprendamos a inclinar nuestras cabezas humildemente ante la naturaleza. Aprendamos a tratarla con amor y respeto.

La verdadera amistad entre personas florece cuando son capaces de abrazar y dar la bienvenida a desacuerdos  y críticas con un corazón abierto. La coexistencia efectiva nace de la amistad. La verdadera coexistencia se construye con el perfecto conocimiento que los humanos deben compartir colectivamente con esta Tierra, sus recursos naturales y su abundancia, con su prójimo y sus criaturas.

¿Existe algún lugar en el mundo donde no haya contradicciones? ¿No observamos contradicciones incluso en la conducta individual? En un hogar de cuatro miembros, no solo pueden encontrarse cuatro distintos puntos de vista, sino cuatrocientos. Esto es así, porque cada mente individual no es solo una, puede dividirse en cien, con cientos de diferentes características. 

¿Y en una oficina? Una oficina es como un supermercado de opiniones contradictorias. Con o sin conocimiento, los humanos son capaces de aceptar todas las contradicciones de la mente en una zancada. También son expertos en crear conflictos en lugares vulnerables, donde piensan que pueden sacar provecho propio. La mayoría de problemas en el mundo de hoy se crean de este modo. El noventa por ciento de los problemas del mundo podrían evitarse, si individuos, comunidades y naciones los adhiriesen a sus respectivos dharmas y permitieran a otros adherirse a los suyos.

Cuando la diversidad de la naturaleza canta su canción de armonía y unidad, solo nosotros carecemos de oído para escucharla y de corazón para gozarla. La belleza de esta creación reside en su diversidad.  El Sanātana Dharma siempre ha reconocido  y aceptado esta diversidad.  Nuestros antiguos videntes nunca vieron contradicción en la diversidad, ni la negaron. Esto fue así, porque poseían la sabiduría y la experiencia  de la diversidad universal, con los varios nombres y formas del Uno.

En un jardín puede haber muchas flores de diferentes formas y colores. Incluso alguna flor puede ser venenosa. Pero la abeja ve más allá de las diferencias y liba el néctar de cada flor. Del mismo modo, nuestros antiguos videntes nos enseñaron a percibir la unidad en la diversidad. En esta visión no hay odio ni deseo de venganza. No hay ira ni tristeza. En esa visión solo hay bondad en todos”.

Amma

Cada uno de nosotros tiene la capacidad de apreciar las diferencias en la belleza. Por ejemplo, una sinfonía se produce gracias a un equipo de instrumentos  que producen cada uno de ellos sonidos diferentes.  Cuando escuchamos la sinfonía, ¿no olvidamos todo y disfrutamos de su armoniosa melodía? Así, cada cosa en nuestra experiencia nos revela tanto el contraste como la belleza en su diversidad.

Nadie puede romper la ley divina de Dios. Todas las leyes  creadas por el hombre son insignificantes ante la ley de Dios. Si una persona dijera que no cree en la ley de la gravedad y saltara desde el décimo piso de un edificio, ¿rompería esta ley? Jamás. En su lugar, incluso si sobrevive, probablemente todos sus huesos estarían rotos. La ley de Dios simplemente es: “Todos tenemos que madurar el fruto de nuestras acciones en algún momento,”. Esta es la ley de la naturaleza.

En un momento u otro de su vida, cada persona se enfrentará a retos intensos.  Puede ser por la muerte de un ser querido, pérdida de salud o seguridad, un gran fracaso, un accidente grave, una enfermedad inmovilizante, la traición por parte de alguien en quién confiábamos, o abandonos de alguien a quién amábamos… puede ser cualquier cosa.

Cuando surgen tales pruebas y tribulaciones, no debemos hundirnos. Debemos reconocerlas como situaciones para despertar nuestra fuerza interior e intentar seguir adelante. En realidad, en este viaje de la vida, tenemos un amigo íntimo invisible que siempre está de nuestro lado. Este amigo íntimo es Dios. Si confiamos en este amigo, nada debemos temer.

No somos velas que dependan de otras para encenderse. Somos el sol auto refulgente. No somos gatitos indefensos. Somos leones todopoderosos. Debemos desarrollar paciencia y perseverancia para despertar nuestro potencial interior. Si usamos un super ordenador que vale millones, capaz de manejar la contabilidad de todos los establecimientos de una ciudad, para la simple contabilidad del hogar, de hortalizas, leche, etc., estamos infrautilizando drásticamente el potencial de la máquina.

Del mismo modo, los seres humanos como encarnaciones de fuerza suprema y felicidad, utilizan esta preciosa vida en la persecución de gozos triviales. Tanto un maletero como un científico ponen su cabeza en su trabajo. El maletero la usa para llevar equipajes y el científico para desvelar misterios del universo. Es decir, todos tenemos el mismo potencial interior, pero tenemos que desarrollarlo por completo.  

Cuando un pensamiento surge en la mente, inmediatamente se manifiesta como palabras o acciones. Por ejemplo, si nos enfadamos con alguien no nos paramos a pensar en las circunstancias del otro. A menudo, reaccionamos  gritando o incluso dándole un puñetazo. No hay espacio entre el pensamiento y nuestras palabras y acciones.

Cuando actuamos sin comprensión de la situación de la otra persona, nos ponemos en ridículo. Si no controlamos nuestras emociones pasajeras, nos estamos poniendo en situaciones peligrosas. Cuando la luz del conocimiento brilla, hay un espacio de tiempo entre nuestros pensamientos y nuestras acciones. Las semillas que se ponen a tostar al sol, nunca brotarán.

Del mismo modo, en la luz del entendimiento, las semillas de nuestras väsanas  o tendencias latentes, no brotarán. Cuando este espacio de tiempo está presente, adquirimos la capacidad de perdonar y apartarnos a un lado de la situación con una actitud de testigo.

Nuestra mente es como un coche viejo. En un coche viejo, si conduces deprisa y pisas el freno, éste se parará tras haber chocado con algo. Del mismo modo nuestra mente no nos escucha. Si le ordenamos no hacer algo,  hará exactamente lo contrario. Y si le ordenamos hacer alguna otra cosa, tampoco lo hará. Esto sucede porque la mente no está bajo nuestro control. 

Podemos hacer cientos de miles de cerillas de un solo árbol. Pero podemos quemar todo el árbol con una sola cerilla. Así mismo, un único pensamiento o palabra negativos tienen el poder de destruir el mundo entero. Por eso Amma siempre nos recuerda poner entendimiento en todas y cada una de nuestras palabras, acciones y pensamientos.

Esta vida humana significa nacer para el amor, vivirla en el amor y finalmente ponerla fin en el amor. En verdad, no hay final para el amor puro. El amor conecta a cada ser de la creación. Ya se trate de humanos o animales, el poder del amor es lo que une un niño a su madre y a una madre con su hijo. Desgraciadamente, hoy en día, a pesar de que la mayoría de nosotros pasamos la vida entera en busca del amor, normalmente morimos sin haberlo encontrado. 

En realidad, el sentimiento más próximo a nuestro Ser verdadero  y el que nos es más familiar es el amor. Es nuestra verdadera naturaleza.  Por “verdadera naturaleza” Amma entiende que es lo no puede cambiar. Puede ocultársenos temporalmente, pero nunca puede ser destruido. Nadie puede destruir su refulgencia. Está siempre dentro de nosotros, como nuestra esencia, como parte inseparable de nuestro ser.   

Amma cree que el creciente uso de substancias entre la juventud, la disponibilidad de contenidos de sexo explícito en internet, y ciertos juegos de video violentos, suponen una amenaza mayor que una potencial tercera guerra mundial. 

Esta es la razón por la que los padres deberían dar a sus hijos un buen sistema de valores desde la más tierna edad. Los padres deben encender la lámpara del conocimiento  en los corazones de sus hijos  cuando son pequeños. El ejemplo de los padres es lo que forma el carácter de los hijos. Por eso, debemos intentar ser virtuosos en nuestras acciones. Lo sepamos o no, alguien puede estar emulando nuestro ejemplo en sus vidas.

Cuanto mayor espacio creemos para los otros en nuestro corazón, mayor sentimiento de felicidad experimentaremos. Cuanto más crezca nuestro ego, menor felicidad tendremos. La ley de la naturaleza y de la vida es el altruismo. Por eso quienes no pueden controlar su ego y egoísmo no pueden gozar de sus vidas totalmente, porque están viviéndolas contra la ley de la naturaleza.

Los seres humanos somos una pequeña mota en el universo infinito. Al otro lado del espectro está el poder ilimitado del cosmos. Mientras el universo y todas sus criaturas siguen adelante en armonía y sincronicidad, recordemos que somos los únicos seres vivientes que intentan marchar en contra de este flujo.

En cambio, cuando caminamos con la ley de la naturaleza, viviendo sin apegos, automáticamente sentimos paz y felicidad. La vida es corta. En este breve espacio de tiempo, al menos nosotros deberíamos ser capaces de ser felices y hacer felices a los demás.

La vida es corta. En este breve espacio de tiempo, al menos nosotros deberíamos ser capaces de ser felices y hacer felices a los demás.

Los humanos han aprendido a nadar como peces y a volar como pájaros. Pero hemos olvidado caminar y hablar como seres humanos respetables. Incluso un gusano nace, procrea y muere. ¿Qué estamos haciendo que sea diferente, aunque tenemos un nacimiento humano superior?

Al menos un gusano fertiliza la tierra mientras vive. Por el contrario, los humanos dejan este mundo tras haber explotado los recursos de la tierra y contaminado el medio ambiente. Tenemos que reflexionar sobre lo que podemos dar al mundo, en lugar de enfocarnos en lo que podemos arrebatarle.

Cuando el amor llena y desborda el corazón, las flores de la paz florecen a nuestro alrededor. Cuando delineamos nuestros ojos con el colirio de la unidad, todas las diferencias se desvanecen. El camino real hacia un hermoso mundo inclusivo es el camino a una visión ecualizada. Cuando esta visión crece en la sociedad, la armonía perdida del mundo reaparece. Amma ofrece una oración al Paramatman o Ser Supremo por que esta visión de unidad brille en todos sus hijos. 

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