Cuando cayó el sol nos reunimos en silencio, cantamos la sagrada sílaba Om y dimos comienzo la ceremonia de Sant Joan.
Siguiendo la tradición milenaria, fuimos juntos en busca del Hiperico y lo ofrecimos al altar, mientras cantábamos el mantra Lokah Samastah Shukino Bhavantu, que todos los seres de todos los planos sean felices y vivan en Paz.
Cuando regresamos ofreciendo nuestros respetos al fuego sagrado, encendimos la hoguera y meditamos durante unos minutos.
Los 108 nombres de Amma abrieron el paso a la segunda parte de la noche, donde los bhajans a la luz del fuego acogieron los mejores recuerdos de nuestra bien amada Amma en nuestros corazones.
La sorpresa de la noche fue el elemento agua, que con la lluvia nos invitó a recogernos pero no sin antes encender bengalas. Los más atrevidos dieron saltos sobre el fuego para recibir así los buenos augurios.
Sobre la medianoche compartimos una coca de San Juan como prasad y con el sabor dulce nos despedimos hasta el día siguiente, con la bella sensación de haber compartido los beneficios de la plegaria, la meditación y la risa.
Om Namah Shivaya
