Satsang de Swami Dhayamritananda Puri


 

Om Amriteshwaryai Namah  

Satsang de Swami Dhayamritananda Puri - Amritapuri, 3 de abril de 2020 

Mis más humildes saludos a todos vosotros.

Me gustaría disculparme por la tardanza de esta retransmisión. No ha sido por motivos de salud física o mental. Se me pidió permanecer en cuarentena debido a las duras críticas que afirmaban que el ashram tenía escondidos a extranjeros recién llegados con el coronavirus. Primero, tuvimos que demostrar que aquí no había nadie escondido. Después de eso, fuimos al hospital a que nos hicieran pruebas, que dieron negativo, para demostrar que no teníamos el virus. El gobierno nos impuso un aislamiento de 28 días, que ha concluido esta mañana. Por eso se ha retrasado esta retransmisión. Ruego aceptéis mis disculpas.  

Para empezar, me gustaría compartir el último mensaje de Amma. Hoy, Amma nos ha dicho a todos, en especial a sus devotos de todo el mundo, que nos quedemos en casa tanto como sea posible. Nos ha dicho que si deseamos hablar con alguien le llamemos por teléfono o le enviemos mensajes, en vez de quedar. Si queremos salir a comprar, utilicemos nuestros coches, nuestras bolsas de compra y llevemos mascarilla. Al terminar de comprar, volvamos a casa lo antes posible. Luego comentaré más cosas en las que Amma hoy ha querido poner especial énfasis.
 
En mi última retransmisión, en el último satsang, algunos no entendieron bien mi comentario sobre las fechas del tour de Amma. Mis plegarias iban dirigidas a que Amma hiciera el tour de este verano tal y como estaba previsto, y que los casos del coronavirus se redujeran en pocas semanas. No eran las palabras de Amma, era mi deseo. Le rezaba a Amma que el tour se hiciese en las fechas previstas. Sin embargo, parece que no sucederá como deseamos puesto que la voluntad de Dios o de Amma es distinta. Aunque Amma venga a América, habrá muchas restricciones para dar su darshan. Desconozco lo que ocurrirá. En cuanto se sepa algo, os informaremos a través de la página web y de Facebook.  

El confinamiento ha sido muy duro para todos y algunos me han comentado cuánto les ha afectado. En todo el mundo, el 80% de los países se ha confinado. La buena noticia es que, a pesar de esto, mucha gente ha decidido dedicarse al servicio desinteresado: repartidores, personal de correos, empleados de limpieza, tiendas de alimentación, voluntarios... todos están trabajando.  

Imaginad si estas personas se desmotivaran y dejaran de trabajar ¿qué pasaría? En especial, deseo agradecer la labor del personal sanitario: médicos, enfermeras y asistentes sanitarios. He oído casos en los que los médicos han donado sus mascarillas a personas con alto riesgo de contagio, como pacientes con cáncer o niños con bajo sistema de defensas, dado que el suministro de mascarillas es intermitente. Saben que contraer el virus es solo cuestión de tiempo y, con este gesto, salvan las vidas de los más vulnerables. Cumplen así con su dharma y con los principios de su profesión.

Algunos habréis visto el último vídeo en el que Amma nos habla de este tema. Amma sabe que sus hijos viven con temor al coronavirus. Amma nos dice: “Amma piensa en vosotros y reza por todos. Es momento de actuar con suma precaución y alerta. Es momento de responder con coraje, auto control y unidad. Amma sabe que sus hijos tienen miedo, pero el miedo no nos ayuda. Lo que se necesita ahora es precaución y alerta. El coraje es lo principal para superar cualquier situación. Abandonad el miedo y llenaros de coraje. El antivirus que vence este virus es el coraje. El coraje es el antivirus de nuestra mente. Si te haces amigo de Dhairya Lakshmi, la diosa del coraje, obtendrás la fuerza para afrontar y superar cualquier situación”.  

Esto es lo que Amma dijo. Tan solo he tomado una parte de su mensaje. El mensaje se puede encontrar en Facebook y en todas las webs oficiales junto con su vídeo. Tan solo he mencionado una pequeña parte en la que Amma habla en especial del coraje y he decidido centrarme en esto, ya que, según ella, el coraje es el antivirus del virus. Es su antídoto.  

¿Cuál es la diferencia entre el coraje y la valentía? Siempre hemos oído hablar del coraje y de la valentía, y mi intención es profundizar en la definición de coraje. El coraje implica firmeza, resistencia, fuerza, constancia, estabilidad, fortaleza, calma, serenidad, compostura, paciencia, inflexibilidad. Todas estas son definiciones de coraje o sus sinónimos.  

Al hablar de la diferencia entre coraje y valentía, el segundo término se refiere en cierto sentido a la ausencia de miedo. No hay miedo a morir o el miedo es mínimo. Habréis visto alguna vez a gente en las alturas caminando por una cuerda o realizando actividades de riesgo. Esta gente, al no tener miedo o tener muy poco, pueden realizar estas acciones.  

Existe una sutil diferencia entre coraje y valentía, y de eso es de lo que voy a hablar a continuación. Como he dicho, el coraje va más allá de la valentía. Es algo más complejo e incluye diferentes cualidades, entre ellas: firmeza, fuerza, constancia, fortaleza, calma, serenidad...  

Amma en su mensaje habló de Dhairya Lakshmi, la Diosa del coraje, y Swamiji (Swami Amritaswarupananda Puri) dijo que Dhairya Lakshmi es la madre divina del coraje. Así pues, el coraje es una cualidad femenina, aunque se creía que era un rasgo masculino. Dhairya Lakshmi es la diosa del coraje y Lakshmi es la diosa de la prosperidad, tanto material como espiritual. La madre divina Lakshmi tiene ocho formas, todas diferentes:  

La primera es Maha Lakshmi, la diosa o madre divina. La segunda es Dhana Lakshmi, la diosa de la riqueza. La tercera es Dhanya Lakshmi, la diosa de la prosperidad material y de la abundancia de la madre tierra. Gaja Lakshmi, Gaja significa elefante, pero también representa a todos los animales. Y Santhana Lakshmi, la diosa que nos da hijos o descendientes. Dhairya Lakshmi, la diosa del coraje, y Vijaya Lakshmi, la diosa de la victoria. Por último, Vidya Lakshmi, la diosa de la sabiduría, la que nos concede el conocimiento. De entre estas ocho formas de la madre divina, Amma pone énfasis en Dhairya Lakshmi, la madre del coraje, y la razón de ello queda explicada en la siguiente historia.  

Había una vez un rey que era un ferviente devoto de Lakshmi Devi en sus ocho formas, Ashtalakshmi. Cada día la adoraba y le ofrendaba comida. Tal era su devoción que las diosas lo bendijeron con su visión siempre que lo necesitara. Con esta bendición, el rey pudo cumplir con todas sus obligaciones del reinado a la perfección. Su reino y habitantes disfrutaron de abundancia y prosperidad.  
Un día, las ocho Lakshmis aparecieron ante el rey en un sueño y le dijeron: “Hemos decidido abandonar el reino, pero antes de partir, queremos ofrecerte un don por tu gran devoción: puedes elegir a una de nosotras para que se quede contigo”. Al día siguiente, el rey reunió a su corte y les preguntó su opinión. Un ministro dijo: “Necesitamos dinero para gestionar bien el reino. Debemos conservar a Dhana Lakshmi, la diosa de la riqueza”. Tras él, los agricultores dijeron: “¡Quedémonos con Dhanya Lakshmi, la diosa de las cosechas! Otro continuó: ¡No, necesitamos hijos para que continúen nuestra labor, conservaremos a Santhana Lakshmi!". Tras escuchar la opinión de sus súbditos, el rey hizo una adoración (puja) a las diosas. Ellas se le aparecieron y le preguntaron su decisión. El rey con suma reverencia dijo: “Deseo conservar a la diosa del coraje, Dhairya Lakshmi”.   Todos querían saber el motivo de la decisión del rey, a lo que él contestó: "Aquel que posee coraje es capaz de realizar cualquier tarea y cumplir con sus responsabilidades. De nada sirve tener las bendiciones de las otras Lakshmis sin el don de la diosa del coraje". Tras la decisión del rey, el resto de Lakshmis decidieron quedarse puesto que su destino era permanecer allá donde estuviera Dhairya Lakshmi, la diosa del coraje. Todos los habitantes agradecieron recibir esa valiosa enseñanza del rey: "la buena suerte acompaña a aquellos que tienen coraje". Este es el motivo por el cual Amma pone énfasis en Dhairya Lakshmi, la diosa del coraje.  

La siguiente pregunta sería: ¿Cómo logro tener coraje? En su mensaje del Covid-19, Amma dice que para tener coraje primero tenemos que ser conscientes de lo que está ocurriendo. ¿Qué hacer entonces? Tenemos que leer y aprender sobre el virus, sus síntomas, cómo se contagia y cómo evitar contagiarnos.  

Otra cosa a saber es qué hacer en el caso de contraer el virus. ¿Cómo actuar? Amma dice: “Mis hijos deben seguir rigurosamente todos los consejos e instrucciones dadas por el gobierno y los organismos oficiales. Además, deben rezar intensamente con todo su corazón por la gracia divina. Nuestras abuelas solían decir: “Hay que tomar la medicina y a la vez recitar el mantra”. Del mismo modo, dadas las circunstancias, nuestro esfuerzo perseverante y la gracia divina son necesarios.  

“Cada ciudadano debe aplicar el mismo grado de atención y alerta (shraddha) como si fuera un soldado en el campo de batalla”. Esto es lo que Amma dijo. Y aquí lo repito: todo el mundo debe aplicar shraddha, atención, como si fuera un soldado. Este ha sido el mensaje de casi todos los líderes mundiales. Os voy a leer el mensaje de una líder mundial, Ellen Johnson Sirleaf, ex-presidenta de Liberia y premiada con el Nobel de la Paz. En su mensaje, Ellen Johnson afirma:
"Cada ciudadano debe cumplir con su parte. Esta afirmación supuso un antes y un después en la lucha contra enfermedades en el África Occidental. Tengo fe absoluta en el incansable espíritu del ser humano. Esta misma convicción es usada por los líderes en los momentos críticos de la sociedad, haciendo que cualquier diferencia, comunitaria o religiosa, pierda fuerza frente al poder de la oración y la fe en Dios. Tenemos que resguardarnos durante las próximas semanas. Rezo por la salud y el bienestar de todos los ciudadanos, y para que todos recuerden que la verdadera esencia de la humanidad reside en el servicio a los demás”.  

Podemos observar que, a pesar de que las fronteras de la mayoría de los países están cerradas, los límites mentales de muchas personas están desapareciendo ante esta lucha contra un enemigo común, el virus. La ciencia, la religión y muchas profesiones están unidas para hacer frente a este reto. Recemos para que el mundo se una en la lucha contra el hambre, la pobreza y la miseria, y así conseguir un mundo mucho mejor.  

El segundo paso que tenemos que dar para reunir coraje es permanecer en calma si detectamos que tenemos cualquier síntoma del virus. Mucha gente que ha empezado a toser o a tener secreción nasal, tras consultar los síntomas en internet, han pensado que la muerte estaba llamando a su puerta. No tengáis miedo y tened en mente que tener el virus no significa que te vas a morir, tan sólo un pequeño porcentaje ha muerto. Hay que tener en cuenta que cada año muere la misma cantidad o más de gente por la gripe. Por tanto, si estamos atentos, en alerta, y si conocemos los síntomas, nos daremos cuenta de que no tenemos el virus, o si lo tenemos, por favor, mantengamos la calma y vayamos al médico.  

Otra cosa que me preocupa es ver que la gente, dominada por el pánico, ha salido corriendo hacia las tiendas de alimentación. Algo que me sorprende es ver que la gente se preocupa más por su trasero que por la totalidad de su cuerpo, o por su alma. ¿Qué prisa hay en comprar papel higiénico? ¿Para qué existen las duchas o los bidets? ¿Por qué olvidamos el resto del cuerpo y nuestra alma? ¡La gente solo piensa en ir corriendo a la tienda y pelearse por un rollo de papel higiénico!   Debemos comprender que tenemos que darle más importancia a nuestra alma y a nuestra mente que al cuerpo, y encontrar el equilibrio.  

La tercera cualidad es el pensamiento. La mente tiene la tendencia de pensar que nos espera un futuro terrible y siempre lo pinta oscuro. Os doy unos cuantos ejemplos.   Mucha gente está ahora sola en sus casas y si por ejemplo están en la ducha, algunos me han llegado a comentar que miran detrás de la cortina por si hubiera un asesino en serie. Otros están aterrorizados cayendo en depresión, por si el mercado de valores se colapsa, causando una crisis financiera. Y se han puesto a almacenar provisiones.  

Debemos entender que lo que hay que reunir es coraje, en especial en nuestra alma, puesto que el coraje se origina en el alma y de ahí va a la mente. Como Krishna dice en la Bhagavad-Gita: “El alma encarnada pasa de la niñez a la juventud y luego a la vejez. De forma similar, cuando llega la muerte, el alma pasa a otro cuerpo. Pero el alma autorrealizada no se confunde ante esta transición”. Aquella alma que no está confundida se la conoce como dhairya, la que está llena de coraje. Cuando el alma pasa por diversas experiencias se la conoce como adhira, inconstante, por lo que se siente confundida por tales experiencias, por la transición.  

Swami Vivekananda, un gran santo, dijo: "No hay lugar para los débiles en esta vida o en cualquier otra. La debilidad conduce a la esclavitud. La debilidad conlleva miseria tanto física como mental. La debilidad conduce a la muerte. Hay cientos de miles de microbios a nuestro alrededor que no nos afectan a menos que estemos débiles, sólo entrarán si el cuerpo los acoge. De la misma manera, quizás hay millones de microbios de miseria mental flotando a nuestro alrededor, pero no tendrán el poder de acercarse a no ser que la mente esté debilitada. Este es el gran hecho: la fortaleza es felicidad, es vida eterna; la debilidad es lucha constante y miseria, la debilidad es la muerte".  

Esto es lo que Amma nos está diciendo. Este es el antídoto.   Amma dice que el coraje nace de la comprensión de que somos el ser supremo. Esta comprensión espiritual nos permite adquirir coraje. Tenemos que comprender que somos hijos de Amma y que Amma está con nosotros. El coraje nace de este amor que tenemos por Amma.  

Os contaré una historia para ilustrar esto. Uno de los grandes emperadores de la India, conocido como Shivaji o Chhatrapati Maharsh, adquirió una fortaleza y logró que fuera inaccesible para cualquiera de sus enemigos. Su fortaleza tenía una muralla de mármol y estaba en la cima de una montaña muy rocosa. Contenía una ciudad en ella. Nadie podía entrar o salir de la fortaleza sin el conocimiento y el permiso del guardián.  

Las enormes puertas de la fortaleza se abrían solamente a la salida del sol, para que las personas que vivían a los pies de la montaña pudieran entrar. Pero tenían que salir antes de que las puertas se cerraran a la puesta del sol. Una vez las puertas se cerraban no se abrían hasta la mañana siguiente sin excepción. Solamente si el emperador Shivaji lo ordenaba.  
Había una mujer llamada Hirakani, que se ganaba la vida vendiendo leche a los residentes de la fortaleza. Vivía a los pies de la montaña. Tenía unas pocas vacas que le daban la leche que ella vendía. Hirakani era madre de un pequeño bebé.Su suegra se quedaba cuidando del bebé mientras ella se iba a vender la leche. El bebé aún mamaba. La suegra era muy mayor y cuidaba del bebé con harta dificultad durante el día. El esposo de Hira (o Hirakani) trabajaba en el ejército de Shivaji el rey y la mayoría de los días estaba ocupado, dejando a Hira sola con las tareas de la casa y con el bebé.   Un día, como de costumbre, Hira ordeñó las vacas y se llevó la leche a la fortaleza para venderla. Pero durante ese día en particular, tuvo que ayudar al nacimiento de un bebé de una de sus amigas que vivía dentro de la fortaleza. En esos días los bebés nacían en casa y las madres recibían ayuda por parte de otras mujeres durante el parto. Hira se entretuvo allí, y cuando inició su camino de vuelta a casa, se dio cuenta que se le había hecho tarde, que el sol estaba a punto de ponerse. Pensó: "¡Oh Dios, las puertas de la fortaleza se van a cerrar! ¿Qué voy a hacer si no logro regresar a casa a tiempo? ¿Qué le sucederá a mi hijo? ¡Mi bebé estará llorando de hambre! Tengo que correr". Se fue a la puerta y le suplicó al guardián: "Abre las puertas, tengo a mi bebé en casa, está solo". El guardián le respondió: "Lo lamento mucho, pero no puedo abrir las puertas a no ser que me lo ordene el rey. Si no lo ordena, abriré las puertas únicamente mañana por la mañana. Llevas muchos años viniendo, las normas no son nuevas para ti. Tendrías que haberte ido antes. Lo siento mucho, no puedo abrir las puertas de ninguna manera".  
Hira se sentía indefensa. Todos sus pensamientos estaban volcados en su hijo, pensaba en la sonrisa de su bebé cuando se reencontrara con ella. Esa sonrisa le haría olvidar todos los problemas del día. El mismo recuerdo de esa cara sonriente ahora llorando de hambre y ansiedad por la ausencia de su madre era inaceptable para Hira. En su desesperación, Hira corrió de vuelta en la dirección de la que había venido. Estaba determinada a salir de la fortaleza. Caminó sola a lo largo de toda la muralla. Hasta llegar a un punto en particular en el que se dio cuenta de que no había muralla. Ese era el punto más alto de la montaña y justo al otro lado había un precipicio muy profundo, con arbustos llenos de espinas. Nadie pensó que fuera posible trepar por allí y acceder a la fortaleza. Por ello, no se había construido muralla en ese lugar. Hira miró hacia abajo. El sol ya se había puesto por completo. Era oscuro, Hira no veía nada más que sombras de arbustos espinosos. Pero el pensamiento de su hijo era tan intenso en su mente, que decidió saltar al otro lado ayudándose con los arbustos. Dejó las vasijas de acero en el suelo, por miedo a que cualquier ruido pudiera despertar sospecha en los soldados de alrededor. Miró en todas direcciones con mucha atención y afortunadamente no vio a ningún soldado. En un instante Hira saltó y se dejó caer hacia el otro lado de la montaña. Las espinas de los arbustos se clavaron en su piel y en sus manos, ahora ensangrentadas. Su vestido se enganchó en uno de los arbustos espinosos. Con dificultad recuperó partes de su vestido, medio roto. Sus brazos, sus piernas, su cara y todo su cuerpo se llenaron de moratones y sangraban. Aquí y allá los búhos volaban encima de su cabeza. Pero la imagen de su hijo llorando solo incrementaba su ritmo. Y en poco tiempo alcanzó el suelo.   Finalmente Hira logró llegar a su casa y, como se imaginaba, su hijo estaba llorando desconsoladamente. Su suegra estaba desesperada, pues no podía entender por qué Hira no había regresado. En el momento en el que Hira llamó a su bebé y lo tomó en sus brazos, el llanto cedió. Mientras se limpiaba las heridas, Hira amamantó a su hijo con su leche. Su mente se calmó, y ambos durmieron pacíficamente.   A la mañana siguiente, como de costumbre, Hira ordeñó las vacas y se dirigió a lo alto de la fortaleza para vender la leche. El guardián de las puertas era el mismo que el de la noche anterior, pues aún no se había ido. Cuando la vio no se lo podía creer: "¿No estabas dentro de la fortaleza ayer por la noche? ¿Cómo saliste?" Ella simplemente sonrió, y cuando estaba a punto de entrar, el soldado la paró y le dijo: "¿De dónde vienes?". Hira respondió: "Para serte franca, vengo de fuera". El soldado exclamó: "Es imposible. Nadie ha sido capaz de salir de esta fortaleza. Tengo que llevarte ante el emperador. Me estás mintiendo". Hira le preguntó: "¿Por qué tendría que mentirte? ¿No me ves cargando la leche? Quiero entregar esta leche. No te estoy mintiendo". Pero el guardián no estaba convencido y le dijo: "Te tengo que llevar al emperador". Cuando el rey Shivaji Maharash oyó la historia, se quedó perplejo y le dijo a Hira: "Muéstrame por donde te escapaste". Hira lo llevó a ese lugar desde el que saltó. El rey y el guardián tomaron a Hira hasta el borde del precipicio. Cuando Hira miró hacia abajo, se mareó y sintió que se iba a caer. Al ver los arbustos espinosos se le pusieron todos los pelos de punta.  
Por primera vez se dio cuenta de lo peligroso que era lo que había hecho. Y le dijo al rey: "Perdóneme mi majestad, no me había dado cuenta de la profundidad de este precipicio. Fue únicamente mi instinto maternal y la necesidad de amamantar a mi hijo que lloraba hambriento, lo que me cegó de ver el peligro. Pero no te he mentido. Por ello, estoy dispuesta a aceptar cualquier castigo". El gran emperador sonrió y le dijo: "Sí, he decidido castigarte, construyendo una torre de vigilancia aquí mismo. Le voy a dar tu nombre, como ejemplo del gran coraje que solo tú has demostrado tener. Eres un ejemplo único de coraje".  

Como dije anteriormente, vemos este coraje ejemplar en el amor. En el momento del amor. Lo que tenemos que comprender es que nuestro amor por Amma es lo que nos dará el coraje y el valor para caminar hacia delante. Permitamos que el amor por Amma nos empuje hacia delante en estos tiempos críticos.  

Y como Amma nos ha aconsejado, por favor no salgáis afuera. Solamente para comprar lo necesario, pero no os entretengáis hablando con la gente. Utilizad vuestro auto, llevad vuestra propia mascarilla y bolsa de compra. Y cuando regreséis, poned la ropa a lavar, ducharos o limpiaros bien las manos y los pies. Estas son las mismas instrucciones que nuestros sabios y ancestros nos indicaron en el pasado. Hagámoslo así, por favor.  

También podemos decir que estos días la naturaleza ha estado regocijándose, pues hay menos contaminación, menos coches, menos fábricas funcionando. La naturaleza está feliz.  

También, aunque el confinamiento ha sido muy duro para algunas personas, muchos durante el confinamiento han intentado hacer todo tipo de actos beneficiosos. Ahora tenemos que establecer nuevos objetivos, roles o títulos para estas personas. Como educadores desde el hogar, organizadores o colaboradores familiares, cocineros para los ancianos, facilitadores para la prevención del virus, proveedores de necesidades básicas.  

Muchos me han dicho que han recibido comunicados del departamento psiquiátrico y psicológico de su localidad: "Queridos ciudadanos, durante el período de cuarentena se considera normal hablar a las plantas, a las macetas y animales domésticos. Por favor, no nos contactéis si vuestros animales domésticos o plantas os hablan. Pero contactarnos inmediatamente si entendéis lo que os dicen y empezáis a dialogar con ellos".  
Es importante seguir una disciplina, hacer mucho yoga y, como Amma siempre nos dice, el manejo del tiempo es muy importante. Caminad, haced ejercicio dentro de la casa. Si tenéis escaleras subidlas y bajadlas. Y aún más importante, nunca abandonéis vuestra práctica espiritual.  

También, como decía, tenemos que recordar a aquellos que nos han estado ayudando, especialmente los doctores, enfermeras o trabajadores sanitarios.  
También tenemos que recordar a aquellos que viven en constante confinamiento, incluso sin virus. Una persona que considero un gran ejemplo de confinamiento es Swamini Sri Lakshmi, la asistente personal de Amma. Día y noche está en la habitación de Amma. Casi nunca sale. Imaginémonos la cantidad de servicio que ella hace para Amma, sin el cual quizás Amma no tendría la oportunidad de salir y bendecirnos. Es por ello que me postro ante su constante servicio desinteresado y entrega los 365 días del año.  

Para terminar, quisiera mencionar que ha habido diferentes predicciones. Algo muy bello que ha atraído mi atención es la aportación de un astrólogo, que afirma que el verdadero antídoto para superar el momento actual es la oración y la acción desinteresada. También dice que tenemos que ir más allá de las diferencias entre castas, religiones, género, etc. Es muy importante que recemos desinteresadamente y que nuestras acciones sean también desinteresadas. Nuestras oraciones y acciones no deberían ser solo para nuestro beneficio. ¿Por qué? Porque durante este tiempo lo que sea que hagas de forma egoísta volverá a ti con una fuerza como mínimo diez veces más intensa. Y si actúas de forma altruista, esa acción también regresará a ti de forma desinteresada. Por ello es muy importante, en este tiempo, la oración y el servicio desinteresado. Intentémoslo.  

Y sigamos también los consejos que Amma nos da, permaneciendo en nuestros hogares. Por favor no os preocupéis. Amma os envía su amor. Amma está con cada uno de vosotros. Y como nos dice en su mensaje, Amma quiere que nos llenemos de coraje y avancemos con el objetivo del desinterés, la práctica espiritual, el amor y el coraje.  

Lokah samastah sukhino bhavanthu
Om shanti shanti shanti
Om sri gurbyo namah hari om


 

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