Miércoles, 25 Diciembre 2019 20:49

El mundo tiene hambre, empieza a hacer regalos

24 Diciembre 2019

Como es costumbre en Amritapuri, la víspera de Navidad disfrutamos de toda una serie de ofrendas en forma de danzas, canciones y teatro que los hijos de Amma llegados de todas las partes del mundo para pasar sus vacaciones navideñas, pusieron en escena para Amma.

Las actuaciones de este año fueron un escaparate de toda la plétora de tradiciones culturales de las procedencias de los hijos de Amma, que demostraron una vez más, que el amor de Amma trasciende todas las fronteras como una lengua universal.

Las actuaciones comenzaron con una representación de sombras chinescas acerca del nacimiento de Jesús y la llegada de los tres reyes magos, quienes inmediatamente reconocieron en Jesús al rey divino.  Después se cantaron villancicos con hermosas armonías y melodías.

Todos disfrutaron con el tradicional baile flamenco de España y una alegre salsa que ofrecieron a Amma sus hijos latinoamericanos con una canción titulada “Fiesta”  con la letra que sigue:

No llores/ siente la vida como una fiesta/ vive tu vida cantando y bailando/ con la actitud con la que se logran todas las cosas.

Danzas indias clásicas y semiclásicas evocaron la dulzura de la devoción y la belleza inigualable del Divino.

Un grupo de hijas internacionales de Amma representó una danza fascinante acerca del amor  de la Madre Divina por los devotos, con el mensaje, “incluso si no la vemos siempre, Amma siempre está con nosotras.”

El 24 de diciembre  no solo fue la víspera de Navidad,  fue también una de las ocho noches de Hanukkah, la fiesta judía conocida como fiesta de la luz. Tradicionalmente se celebra en ocho nochesse enciende una vela cada noche en cada uno de los portavelas de una “hanukia” en agradecimiento por la gracia de Dios en nuestras vidas. En su ofrenda, los hijos judíos de Amma, construyeron una hanukia humana como ofrenda de oración y gratitud. Al término de la danza, las ocho velas estaban encendidas, cada una con una oración:

Por la paz en la tierra/ por la armonía entre todos/para restaurar el equilibrio de la nturaleza/para servir a la humanidad/esa verdad debe prevalecer/ por la aurora del conocimiento/ para que florezcan nuestros corazones/para hacer llegar la luz de Amma a todos los rincones del mundo.

Los hijos internacionales de Amma cerraron las actuaciones con un mensaje para Amma y para todos los presentes:

 “Cuando celebramos la Navidad nos unimos al mundo para reflejarnos por un día en las cualidades del amor, sacrificio y generosidad. Al reflejarnos en ellas, no podemos evitar comprender  que para nosotros, los hijos de Amma, todos los días son Navidad. Cada día es una celebración por estar con una maestra que nos abraza en nuestra oscuridad y nos ayuda a ver la luz que es nuestra verdadera naturaleza. Cuando cantamos Alegría en el mundo, el Señor ha venido, no cantamos acerca de un momento histórico, también nos felicitamos  y agradecemos la gran fortuna de formar parte de la historia de Amma”.

Después de las actuaciones, Amma pronunció su mensaje anual de Navidad. En sus comentarios, Amma recordó a la asamblea reunida el significado profundo de las tradiciones navideñas, diciendo “los niños aman la Navidad por los regalos que los trae Santa Claus. De hecho todos podemos transformarnos en Santas, pero para esto, no podemos dar regalos materiales. Una mirada compasiva, unas cuantas buenas palabras, una escucha paciente  y pequeños actos amables, son de hecho los grandes regalos que todos podemos dar.  El mundo está hambriento de estos regalos. Para empezar a darlos, no tenemos que esperar el tiempo de Navidad. Podemos darlos siempre, cada día.” Amma también recordó a todos el verdadero objetivo de este día y de todos los días: “En lo más alto del árbol de Navidad ponemos una estrella radiante. Su mensaje es que el supremo objetivo de nuestra vida es buscar y alcanzar esa brillante estrella: Dios. En el ajetreo de cada día de nuestra vida  no debemos olvidar esta verdad. Ella nos recuerda que los maestros espirituales se encarnan de cuando en cuando.”

A continuación de su mensaje, Amma dirigió a todos los reunidos en una visualización y oración por la paz del mundo, seguida de bhajans gozosos. A medianoche, la Santa Claus residente en el ashram, trajo bandejas de bizcocho de chocolate de Navidad para ser bendecidas por Amma  que luego ella sirvió como prasad especial de Navidad a todos y cada uno de los allí reunidos. Fue sin duda una buena noche  para todos, llena de alegría, contemplación y oración. Un auténtico día divino.

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